21 agosto 2010

De mayor quiero ser Sikh (1)



Conocimos a los primeros Sikh en Amritsar, su ciudad mas sagrada y sede del genial Templo Dorado (Harmandir Sahib), donde llegamos a finales de Julio. En aquellos dias, nuestra relacion con los indios era aun 'tirante': despues de un trato muy franco con los nepalies, al llegar a Agra y Varanasi nos habiamos sentido como dolares con patas. Los Sikh cambiaron completamente nuestra vision de la India. Nos acogieron como huespedes en su Templo Dorado y nos ofrecieron camas, comida y duchas. Sabiendo de nuestras manias, nos proveyeron con lujos occidentales como A.C. y agua caliente. A cambio, no nos pidieron nada. Solo respetar su credo.

La historia no esta exenta de tragedias para los Sikh. Surgidos como escision del hinduismo en el siglo XV, tuvieron desde el principio que luchar para hacerse un hueco entre musulmanes e hindues. De sus guerras contra los Mughals se formaron como guerreros, y aun hoy dia muchos llevan un cuchillo o espada siempre con ellos, mas como reliquia sagrada que como arma. En los 3 dias que pasamos en el Templo Dorado, tuvimos la oportunidad de hablar con un monton de sikhs. Estaban tan interesados en saber de nuestro pais como en exlpicarnos sus costumbres: en especial su filosofia de un cuerpo sano como reflejo del alma. Ni beben alcohol ni fuman, ni tampoco comen carne. Tampoco se afeitan ni se cortan el pelo, y en publico (y sobretodo en los templos, las gudhwaras), siempre llevan ese turbante de colores vivos que los hace indistinguibles. Por nuestra parte, fue facil complacerlos: no hemos conocido en la India a un pueblo tan admirable como el suyo.



Se separaron del hinduismo en rechazo al sistema de castas, y prohibieron el ritual por el cual las viudas se inmolaban a la muerte del marido. El Templo Dorado, rodeado por una Piscina-estanque precioso y una arcada de marmol blanco, da cobijo y comida en Amritsar a cualquiera que acepte seguir sus preceptos, sea o no sikh. Su organizacion comunal, en un pais tan salvaje como India, es envidiable, y se debe a la multitud de voluntarios que trabajan en el templo, bien sea cocinando (hasta trataron de ensenyarnos a hacer chapati, pobre desgraciado el que tuviera que comerse nuestro pan :P ), sirviendo comida, guardando chanclas o limpiando el templo. Pues el Harmandir Sahib no solo es el edificio mas bonito que hemos visto en la India. Tambien es el mas limpio. Que este oasis se mantenga en el tiempo a base de donaciones y trabajos voluntarios es, sencillamente, una proeza.

Si yo hubiera nacido en India, sin duda seria Sikh.



07 agosto 2010

Cronica de un fracaso a medias



Este es el relato de un fracaso, porque llegar a Leh, capital del recondito Ladakh, era uno de nuestros mayores objetivos en este viaje. Fracaso a medias, porque tras lo vivido, podemos estar contentos de estar vivos :)

La carretera de Manali a Leh, unico punto de acceso a Ladakh tras el cierre de las fronteras en Cachemira, es una ruta de 500 km. que discurre por varios puertos de montanya por encima de los 4500 m. convirtiendola en la segunda mas alta del mundo. Esta abierta solamente 4 meses al anyo [la temporada seca, de Junio a Septiembre] y se tardan unas 20 horas en recorrerla (espaciadas en 2 dias) a traves de un paisaje inigualable, lo que la hace un paraiso para el viajero. Aun asi, por su condicion es una de las rutas mas peligrosas del mundo. Y eso cuando no llueve.

El primer dia cruzamos el paso de Rohtang La(4300m), uno de los pasos mas "interesantes" del trayecto. Las estupendas vistas una vez arriba eran el premio a una ascension trepidante, con maniobras imposibles de los camiones al cruzarse para evitar el precipicio, y un monton de barro en la calzada que mecia al autobus peligrosamente. Varios puentes cortados y tramos en reparacion nos hicieron perder un monton de horas, que nosotros nos tomamos con cierta filosofia (The Indian way, my friend). Lo mejor estaba por llegar.



Al final del segundo dia, habiendo recorrido apenas la mitad del trayecto, se hizo evidente que no podiamos continuar. La carretera habia quedado destruida en algun punto por delante, y con las lluvias no era seguro que el camino de vuelta estuviera abierto mucho tiempo. Con esa incertidumbre, decidimos pasar la noche en el valle de Saarchu, a 4100 m., en unas tiendas de campanya que, despues de 15 horas en el bus, sabian a gloria. La lluvia cayendo incesantemente sobre la tienda, aunque romantica, no auguraba nada bueno.

A la manyana siguiente, los militares nos informaron de la situacion en Ladakh: Leh amanecia inundada, sin electricidad, agua ni aeropuerto, decenas de muertos y muchos desaparecidos. No tenia mucho sentido seguir adelante, pues la carretera estaba cortada indefinidamente. Nuestro amigo Addi decidio quedarse en Sarchu (There are always dead people in India, and the road back won't be easy anyway).
Tenia razon: regresar, tras las lluvias, no fue precisamente facil.

Nos tomo otros dos dias volver a Manali. El agua habia causado un monton de desprendimientos y en algunas curvas los torrentes inundaban completamente la carretera. En otras, media carretera se habia perdido barranco abajo, y el autobus se arrambaba a las rocas, destrozando parachoques y chasis, en un intento por alejarse unos pocos centimetros del precipicio. Los jeeps quedaban atrapados en las cascadas de agua, y en los tramos embarrados de Rohtang el autocar, a 1 km/h, se tambaleaba peligrosamente intentando liberarse del lodazal. El panorama quedaba adornado por algun viejo camion despenyado por el barranco.



A dia de hoy es posiblemente una de las experiencias mas espeluznantes que he vivido, y aun sigo preguntandome donde irian todos esos desgraciados que, mientras nosotros bajabamos, nos cruzaban montanya arriba, en bici, jeep o furgoneta.
Resulta increible que, hasta hoy, las agencias de viajes siguieran vendiendo billetes a Leh. No me cabe duda que la tragedia sera aun mayor si, como parece, la cosa se sigue poniendo fea.

Aunque nunca el tiempo es perdido, y esta aventura nos ha brindado un monton de regalos. Paisajes preciosos del Himalaya y de pueblos rurales perdidos en los valles, noches en tiendas de campanya a mas de 4000 metros y comidas tradicionales junto a gente que vive con apenas nada, una ascension a una montanya cercana que nos dejo k.o. con mal de altura y unos amigos fantasticos, forjados a base de pura convivencia en estas 80 horas juntos. Hubo tambien muchos momentos para pensar, y mas en una situacion asi, momentos que Diego aprovecho para zamparse 2 libros.






Maria nos dijo que nos querria mucho si conseguiamos llegar a Ladakh. Bueno, almenos lo intentamos y hemos vivido para contarlo. Y en todo caso, despues de 4 dias sienta genial una ducha caliente :)



p.d : La noticia en ELPAIS:
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Cancelada/evacuacion/joven/espanola/herida/inundaciones/India/elpepuint/20100807elpepuint_5/Tes

02 agosto 2010

Assaig sobre la suor






1/3

A mesura que passen els dies el cos i la ment comencen a acostumar-se a aquesta terra i, poc a poc, es va acceptant l'absencia de tots aquests detalls que el Diego i jo hem acabat anomenant comicament els luxes d'Occident, dels quals alguns son, en estricte desordre: les senyals de transit i velocitat (i aixi tampoc calen velocimetres), els semafors, les papereres (els rius ja van prou be), la carn refrigerada (1 punt mes pels vegetarians), el menjar no picant (I told you I don't want Spicy!... Sir, it is not spicy, it's Nepali food!) i l'aire acondicionat , que total, tampoc funcionaria perque hi han constants talls d'electricitat, aigua potable (be, molts juren que ho es per a ells) i roba neta (que netejada amb l'aigua anterior, sempre queda un xic mes bruta que ahir, pero mes neta que dema). Altres luxes innecessaris inclouen les tasses de vater (un forat sempre es mes practic) i el paper (potser al cubell d'aigua, marro, no nomes hi havia aigua ;) aixi com la higiene en general (molt ressentida a causa de les sagrades plasterades de vaca) i la neteja (Yes, We are Less Dirty, deia el nostre hotel a Varanasi).





A canvi, el viatger es naturalitza i accepta que tot menjar indi/nepali es picant, que les caques de gossos, vaques, buffalos, humans i cabres son elements actius de l'urbanisme indi, els busos tenen un "profund" contacte huma i els sotracs son dignes de Port Aventura (o millor, doncs els camions volcats als penyasegats no son decoratius).
Pero sobretot, s'acostuma a la suor.

2/3

El tema de la suor a Occident em recorda a la hipocresia amb la qual els indis tracten la sexualitat. D'una banda, els temples hindus i budistes van plens de penya follant, imatges del Kama Sutra, camells copulant, divinitats en extasi, etc. En canvi, es impensable que un noi i una noia es facin un peto pel carrer. Esta mal vist, fins i tot, que una parella casada passegi de la ma !
Aixi, tant reprimits estan que no es extrany que quasi totes les noies occidentals que hem conegut hagin sofert alguna mena d'incomoditat sexual amb els autoctons.
Un fet similar passa a Occident amb la suor. S'accepta que aquest es un proces natural de regulacio de la temperatura del cos, pero en veritat es un tabu: la nostra societat va plena de desodorants antitranspirants, perfums, tovalloletes i milers de virgueries per amagar que, en tornar un vespre de treballar, algun ens assenyali i digui amb una ganyota 'ecs, fa olor a suat'.

3/3

La suor a India es diferent, perque amb tanta humitat i/o calor, sues. Sues en despertar-te i quan te'n vas a dormir. Sues al tren i a l'autobus, i basicament sua tothom (menys els rics, que es moren per ser occidentals). Sues quan rius i quan estas agobiat, quan prens un thentuk tibeta o un thali indi sues i tens les mans enganxifoses i conversant veus les riuades de suor brillant que recorren la cara dels teus amics. D'alguna manera, en algun moment t'adones que has trascendit la suor, que vas xop des de fa hores, la samarreta amarada, pero no importa perque tothom esta com tu. I tens una cosa menys de la qual preocupar-te...

En tot cas, jo no vull fer apologia de la suor, ni dur la mateixa samarreta durant 1 mes, pero es cert que, en algunes coses, els indis estan molt mes propers a la terra que nosaltres: sovint se'ns oblida que hasta el Mono Astronauta necesita orinar*